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Reconciliare
Durante la restauración de las yeserías mudéjares que adornan los enterramientos existentes en el presbiterio de la Iglesia de San Esteban de Cuéllar, se descubrieron unas bulas en la tumba perteneciente a Isabel Zuazo, señora importante de la época, pero sobre todo mujer piadosa y temerosa de Dios. Las guardaba cerca de su corazón, un indicativo del deseo de poner toda su vida, después de la muerte, ante Dios buscando de Él su reconciliación.
Este hecho histórico inspira el relato de la XXII edición de Las Edades del Hombre que marca el acento en la necesidad que el mundo tiene de reconciliación, es decir, RECONCILIARE en latín (infinitivo presente del verbo reconcilio), en castellano: RECONCILIAR.
Esta nueva exposición quiere ser, por tanto, la presentación de una doble realidad: la mirada positiva que nos revela que la misericordia de Dios es más grande que nuestro pecado y la visión realista que no puede ocultar el mal, la división y el odio existentes.
RECONCILIARE no es una mera visión del pasado, es un repaso al hoy de la sociedad y el hombre en paralelo con la Historia Sagrada que se representa a través de las obras de arte sacro que se exponen.
En el cartel, la sonrisa y las manos son los rasgos que más hablan de una persona, y los que mejor nos ayudan a interpretar sus sentimientos.
La imagen del cartel, creada por Eduardo Palacios, es la de un hombre que tiende su mano. Es esta mano abierta un gesto que habla de ayuda, acogida y reconciliación.