San Pedro / San Pablo
Estas dos imágenes, talladas por Gregorio Fernández, pertenecían al retablo mayor de la antigua Iglesia de San Miguel. Con la expulsión de los jesuitas, en 1775, se traslada esta parroquia junto con la de San Julián a la iglesia de San Ignacio, modificando su advocación a la de San Miguel y San Julián. Entre los bienes que llegaron a esta nueva parroquia procedentes de San Miguel se encontraban estas dos esculturas que fueron colocadas en las hornacinas laterales del primer cuerpo del retablo mayor.
Fueron elaboradas en una fecha temprana, 1606, aunque muestran ya rasgos de la etapa de madurez del escultor, composiciones sobrias y una gran sencillez iconográfica, el libro y las llaves para San Pedro y la espada para San Pablo, recomendaciones dadas a partir del Concilio de Trento.