Cristo Crucificado

El tema del Crucificado es, sin duda, el más representado por Juan de Juni quien desarrolló un tipo de Crucificado caracterizado por una serie de rasgos formales que fue repitiendo sistemáticamente.
Cristo acaba de expirar. La cabeza descansa sobre el pecho, con el trenzado de la corona tallado en el mismo bloque de madera. El cabello y la barba, dispuesta en dos puntas —como imitará años después Gregorio Fernández— son de gran hermosura. La serenidad que inunda el rostro contrasta con el cuerpo contraído aún por el dolor, destacando la poderosa y extraordinaria fidelidad anatómica habitual en Juni.
La espléndida policromía a pulimento enriquece la expresión de la talla, aumentando el realismo con detalles como los tonos violáceos de las rodillas, que revelan la reciente muerte de Cristo.