Cristo atado a la Columna
La fama artística de Gregorio Fernández creció paralela al fuerte respaldo social que tenían las cofradías penitenciales vallisoletanas a lo largo del siglo XVII, convirtiéndose en pocos años en el escultor por el que rivalizaban para que elaborara los renovados pasos procesionales; a él debemos atribuirle la verdadera consolidación de estos conjuntos. Para la Cofradía penitencial de la Santa Vera Cruz realizó este Cristo atado a la columna; concebido como imagen central del paso denominado “El Azotamiento”.
Su elegancia, su cuerpo desnudo sin excesiva musculatura, las huellas de los azotes recibidos, la belleza de un rostro en el que la mirada denota melancolía y en el que se lee su dolor, más moral que físico, han convertido a este Cristo en una de las imágenes más veneradas por los vallisoletanos.