
Jesús se hiere con la corona de espinas
Copia de una obra de Zurbarán de la que se conocen al menos diez versiones originales salidas de la mano del maestro, lo que prueba la gran difusión de esta iconografía.
De la infancia de Cristo se narra muy poco en los Evangelios, por lo que enseguida calaron historias apócrifas extendidas por la literatura mística del momento y a través de los púlpitos apareciendo con fuerza en el arte a partir del siglo XVI.
Imágenes de Jesús Niño con un sentido profético preconizando su posterior Pasión fueron muy divulgadas. Un claro ejemplo es este lienzo en el que Jesús teje una corona de espinas, con la cual se pica, pequeño dolor que anticipa el que sufrirá. Mientras, la Virgen lo contempla con un gesto melancólico, quizá adivinando su propio sufrimiento.