
Lagar místico
La iconografía de este lienzo se encuentra por vez primera en el siglo XII, aunque no será hasta el XV cuando se popularice gracias a la proliferación de cofradías cuya advocación bajo “la preciosa sangre” hace proclive este uso, unido a los vinateros y viticultores que ven un motivo más que adecuado para decorar sus capillas corporativas.
En esta ocasión se presenta a Cristo encogido, mientras la cruz, a modo de travesaño de lagar es accionada con el fin de que mane su sangre por las llagas de manos y pies. Sangre recogida por dos ángeles en un cáliz y que un tercero da a beber a un devoto. En el otro extremo un anciano parece esperar para recogerla. En la parte superior Dios Padre y el Espíritu Santo contemplan la escena. Es la redención de los hombres a través del sacrificio de Cristo.