Cristo Crucificado

Este crucificado guarda todavía una estrecha vinculación con modelos románicos aunque su disposición y el detalle con el que ha sido tratado indican que fue realizado alrededor del año 1200.
Es un Cristo de cuatro clavos con los brazos en leve caída y las piernas paralelas con las rodillas dobladas. Se le representa ya fallecido, con el rostro sereno y barbado, y el cabello largo que cae sobre los hombros. Tiene marcadas las huellas de la pasión con regueros de sangre no muy acentuados y viste largo paño de pureza de color azul verdoso decorado con motivos florales.