Tortura de San Pelayo

La iglesia parroquial de Olivares de Duero, advocada en San Pelayo, cuenta con un espectacular retablo plenamente adaptado a la forma poligonal del presbiterio. A excepción de la calle central, que se ha reservado para escultura, el resto está compuesto de un total de cincuenta y dos pinturas que ocupan la predela, los tres cuerpos y el remate.
Una de esas magníficas pinturas, realizadas en óleo sobre tabla por Juan Soreda, es esta que representa el martirio de San Pelayo por orden de Abderramán III. En primer término está San Pelayo desnudo y en escorzo sujeto por un verdugo mientras otro le tortura con unas enormes tenazas.