La aparición a los peregrinos de Emaús

Esta tabla representa la aparición a los peregrinos de Emaús, pero el autor se ha decantado por el momento en que Cristo les consulta acerca del motivo de su tristeza mientras caminan y no cuando reconocen en su acompañante a Jesús en el trascurso de una cena. Esto le ha permitido reducir al mínimo la escena para dar gran protagonismo al paisaje, interés y características habituales en la pintura flamenca. A pesar de eso, el espectador reconoce la figura de Cristo ya que presenta en manos y pies las llagas producto de su crucifixión.
En ambos lados se aprecia el lugar de partida, Jerusalén, y el de llegada, Emaús, la cual a pesar de estar descrita en los Evangelios como una aldea, el pintor la dibuja como una ciudad fortificada.