La Piedad

El destino de esta obra era la capilla de la Piedad de la iglesia del Convento del Carmen pero la Desamortización de Mendizabal  causó su traslado a la iglesia de Santa María de La Bañeza.
Cinco representaciones de La Piedad se cuentan entre las obras salidas de las manos de Gregorio Fernández, siendo esta la última esculpida por el autor. Pero en todas ellas Cristo no está sobre las rodillas de la Virgen como era lo habitual en este tipo de representaciones, sino que está extendido en el suelo apoyando el cuerpo tan solo en la rodilla de su Madre.
Dos figuras que parecen tratadas de manera independiente, María muestra todo su dolor, abatida, mientras evita el enfrentar la mirada a la causa de tanto duelo, su Hijo muerto.