Cristo Crucificado
Gregorio Fernández
Hacia 1620
Madera policromada
Tamaño natural
Monasterio de San Pedro. MM. Benedictinas
San Pedro de las Dueñas
Esta obra está considerada como una de las mejores dentro de la producción de Gregorio Fernández.
Se representa siguiendo la tipología habitual del crucificado, Cristo, ya muerto, con la herida de la lanza en su costado, la cabeza, con corona de espinas natural, cae recta sobre el cuerpo. A pesar de ello, sus ojos entreabiertos y su posición erguida junto a su policromía, la escasa profusión de sangre y la ausencia de añadidos, avalan la sensación de encontrarlo aun con vida.
La calidad del estudio anatómico y el trabajo de los mechones del cabello incluso estando alguno tallados de forma exenta hablan de la inmensa calidad de este escultor.