Virgen peregrina
La llegada de esta imagen al convento de franciscanos de Sahagún relatan que fue por una serie de casualidades. En una visita a Sevilla en 1687 el padre Felipe Fernández vio en el taller de Pedro Roldán la cabeza y las manos de una Virgen acompañada por un niño Jesús, obra de su hija Luisa. Enseguida pensó en su idoneidad para que fuera patrona del Convento pero el coste era demasiado elevado. Conocida esto por un rico comerciante, la compró y la entrego al convento, convirtiéndose, en 1758 en patrona de Sahagún.
Ataviada como peregrina, a su rica indumentaria se le añade el bordón realizado en plata y coronado con una cruz, al que va adosada una calabaza del mismo material. Un bolso colgado de la cintura recuerda la escarcela y las conchas de Santiago bordadas sobre la esclavina.