Ecce Homo
Considerada una de las obras maestras de Juan de Juni, procede de la iglesia de Villanueva de Duero (Valladolid), aunque presumiblemente su emplazamiento original fuera la vecina Real Cartuja de Nuestra Señora de Aniago.
El virtuosismo técnico que es capaz de imprimir Juan de Juni a sus obras está presente en esta pieza que muestra a Cristo después de la flagelación, ataviado como rey en son de burla, con una corona de espinas sobre su cabeza —tallada en la misma madera y trenzándose entre los mechones de cabello serpenteantes— y con una clámide rojiza que apenas cubre su torso. El rostro sumiso ante el suplicio de que está siendo objeto, nos acerca a la calidez y misticismo del hombre que ha asumido su destino, como denota su profunda mirada, inundada de resignación y melancolía.