San Juan Bautista
La obra fue realizada originariamente para ocupar un espacio del antiguo retablo de la capilla de la Universidad de Salamanca, y su conocimiento se debe gracias a las investigaciones efectuadas por Gómez Moreno a principios del siglo XX.
Dentro de las quince figuras que le fueron encargadas a Felipe Bigarny, esta ha sido considerada como una de las de menor calidad, a pesar de ello el maestro muestra su dominio en la creación de texturas como la piel del camello, así como el detallismo en el tratamiento del pelo y la barba. El marcado contraposto denota un aire de modernidad, al proveer a San Juan de cierta sensación de movimiento.
Iconográficamente se le representa con viene siendo habitual, cubierto con la túnica de piel de camello y acompañado por el Cordero Divino sobre el libro.