La deposición de Cristo
Este lienzo fue realizado por el pintor salmantino durante su estancia en Roma, y gracias a ella ganó el segundo premio de la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid de 1895. Momento que le catapultó como artista adquiriendo su merecido reconocimiento.
La obra de grandes dimensiones representa el momento en el que el cuerpo de Cristo es depositado en el interior de la cueva, un momento representado con una excelente y estudiada escenografía, llena de dramatismo y dolor. Todos los personajes descritos en los evangelios aparecen representados con asombroso alarde alrededor de Cristo.
Destaca especialmente la obra por el espectacular manejo en el tratamiento de la luz, centrada en dos puntos de iluminación: la luz natural que penetra en la gruta y la luz artificial que se desprende de un candil.