
Mural de Santa María Egipciaca
Situado en el lado de la epístola de la Iglesia, este majestuoso fresco fue descubierto en la década de los 70 con motivo del desmontaje de un retablo, en ese mismo momento se llevó a cabo su restauración y puesta en valor.
La escena representa la vida de Santa María Egipciaca desde su lujuria inicial hasta su retiro en el desierto para hacer una vida eremítica, como arrepentimiento a la vida que había llevado. El discurso discurre en dos registros adquiriendo una configuración apaisada.
El mural constituye uno de los mejores ejemplos del gótico lineal castellano, del siglo XIII, y su relevancia se debe también a la influencia italiana que dejan vislumbrar estas pinturas, algo impropio en el estilo gótico que se estaba realizando en esos momentos en Castilla.